galeria

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Arturo Uslar Pietri

Arturo Uslar Pietri BIOGRAFIA
Arturo Uslar Pietri nació en Caracas en una casa situada de Romualda a Manduca, número 102. Fue hijo de Arturo Uslar Santamaría y de Helena Pietri. Entre sus antepasados se incluye a Johann von Uslar, un oficial alemán que luchó en la batalla de Waterloo y por la independencia de Venezuela. Uslar Pietri se crio en esa casa y en Maracay (Estado Aragua), lugar donde publicó algunos cuentos en revistas juveniles. Estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela de la capital venezolana. En 1931, publicó su primera novela Las lanzas coloradas, relato histórico situado durante la independencia de Venezuela. La obra fue muy bien acogida y supuso el comienzo de una fructífera carrera.

En 1936, Uslar Pietri se volvió muy activo en el debate político con la muerte del dictador Juan Vicente Gómez. En 1939, con 33 años, se casó con Isabel Braun Kerdel, con la que tuvo dos hijos: Arturo y Federico Uslar Braun. Ese mismo año, se convirtió en Ministro de Educación. Fundó el Partido Democrático Venezolano y fue diputado del Congreso a partir de 1944. En 1945 fue nombrado Ministro de Relaciones Interiores por el presidente Isaías Medina Angarita.
El golpe de Estado del 18 de octubre de 1945 lo obligó a abandonar el país y mudarse a Nueva York. Durante su permanencia en Nueva York dio clases en la Universidad de Columbia. Cinco años después volvió a Venezuela. Entre 1950 y 1958 trabajó en la agencia de publicidad ARS junto a Alejo Carpentier y como profesor de literatura en la Universidad Central de Venezuela. Fue electo en 1958 senador por el Distrito Federal en las listas de Unión Republicana Democrática. En 1963, fue candidato por el partido Frente Democrático Nacional para la presidencia de Venezuela, pero fue derrotado por Raúl Leoni.
Después de su derrota, siguió activo como senador, pero se fue distanciando poco a poco de la vida política.
Se convirtió en director del diario El Nacional desde 1969 hasta 1974, año en que se trasladó a París como embajador venezolano para la Unesco. Cuando volvió en 1979, se concentró en trabajar en sus escritos y en la educación, dejando la política activa.
Uslar Pietri fue una figura muy familiar de la televisión debido al programa televisivo semanal llamado Valores humanos, enfocado en la Historia y las Artes que comenzó a emitirse el 25 de noviembre de 1953 en Radio Caracas Televisión (RCTV).

La muerte sorprendió a Uslar Pietri en su casa, ubicada en el sector de La Florida, Caracas, el 26 de febrero del año 2001 a los 94 años de edad.
Fue cercano a Chávez antes de que este llegase al poder pero progresivamente comenzó a alertar sobre el rumbo que llevaba su país, haciendo oposición al gobierno de Hugo Chávez. Este último lamentaría públicamente la muerte de Uslar Pietri.
Uslar Pietri escribió durante toda su vida sobre el desarrollo político de su país. Desde las páginas de los diarios nacionales fue un duro crítico, en especial desde su conocida columna El Pizarrón (del periódico El Nacional), la cual dejó de escribir en 1998.
Uslar Pietri poseía, junto a su vecino de la Florida el escritor Pascual Venegas Filardo, una de las bibliotecas personales más extensas de Venezuela. Dicha biblioteca fue donada a la Universidad Metropolitana de Caracas.

USLAR PIETRI Y EL PETROLEO

El 14 de julio de 1936 publicó en el diario Ahora un artículo titulado «Sembrar el petróleo».
En este artículo exponía la creciente dependencia de Venezuela del petróleo y propuso que había que salir de ese esquema.12 Uslar Pietri declaró que había que utilizar el petróleo no para pagar más importaciones, sino para buscar nuevas fuentes de ingreso para el país y crear fuentes de producción que contribuyesen a un desarrollo sostenido.
En su artículo «El festín de Baltasar», Uslar Pietri menciona el episodio bíblico del festín del rey Baltasar, cuando Daniel tiene que descifrar las palabras escritas en el muro del palacio. Uslar Pietri escribió:
Hasta que aquella mano misteriosa escribe en la pared la enigmática sentencia que anuncia la inevitable catástrofe y que empieza con la palabra «mene». Una palabra que las gentes del lago de Maracaibo conocen bien y saben descifrar. 

En efecto, la palabra «mene» significaba «petróleo» en la lengua de los indígenas de esa zona tan rica en yacimientos petrolíferos. Uslar escribió:
Ya nuestros precios no son el resultado de la oferta y de la demanda en los mercados mundiales. El precio del café o el de la carne o el del maíz no suben en Venezuela porque el juego de las fuerzas económicas así lo determinen, sino porque los productores exigen el aumento y el Estado complaciente se los acuerda. 

Más adelante escribió:
¿Hasta cuándo podrá durar este festín? Hasta que dure el auge de la explotación petrolera. El día en que ella disminuya o decaiga, si continuamos en las condiciones actuales, habrá sonado para Venezuela el momento de una de las más pavorosas catástrofes económicas y sociales. 

Su idea de «sembrar el petróleo» como fuente de ingreso de Venezuela fue expuesta por el escritor en numerosas ocasiones, exponiendo su razones de la utilización racional de dicha fuente energética.

Salvador Garmendia

Salvador Garmendia BIOGRAFIA
(Barquisimeto, 1928 - Caracas, 2001) Escritor venezolano considerado el mejor representante de la novela urbana en su país. La publicación de Los pequeños seres (1959), Los habitantes (1961) y Día de ceniza (1963) supuso la aparición en la narrativa venezolana de la temática de la alienación de los habitantes de las ciudades, ya iniciada por Guillermo Meneses, pero explorada en estas novelas con plena conciencia de que el mundo rural había sido destrozado irremediablemente. En este sentido, la obra de Salvador Garmendia se opone a la de Rómulo Gallegos, y puede ser vista como una empresa de demolición de los anteriores esquemas de la narrativa venezolana.

Nacido en una familia numerosa de clase media pobre, se inició en la literatura a causa de una enfermedad: una tuberculosis diagnosticada en su adolescencia le obligó a guardar cama durante tres años, tiempo que dedicó a la lectura. Hacia 1945 comenzó a publicar y se vinculó con el medio radial y periodístico de su ciudad natal, iniciando asimismo su militancia en el Partido Comunista, del que se separó en 1953.
Desde 1948 residió en Caracas, donde se ganó la vida escribiendo y adaptando obras teatrales y melodramas para la radio y la televisión. A mediados de los años cincuenta entró en contacto con el grupo literario Sardio, primera manifestación generacional radicalmente opuesta a las concepciones tradicionales e institucionales de la literatura y el arte en Venezuela, que se prolongó, a comienzos de los sesenta, en el grupo y revista El Techo de la Ballena.
Con Los pequeños seres (1959) y Los habitantes (1961), la narrativa venezolana se torna urbana y se centra en la exploración de esos "pequeños seres" anónimos y universales a la vez, marcados por la inadaptación y el antiheroísmo, que son los habitantes de una gran urbe como Caracas. Esta exploración en el mundo anónimo y marginal de la ciudad, poblado de abogadillos mediocres y burócratas frustrados, se ahonda en Día de ceniza (1963) y en La mala vida (1968). Con esta obra, Garmendia incorporó hábilmente a su panoplia narrativa una narración fragmentaria y una rica problematización de la instancia narrativa, recursos frecuentes en la novela del siglo XX que tardaron en aclimatarse en Venezuela.
En 1968 Garmendia aceptó un puesto en la Universidad de Los Andes, en Mérida, donde dirigió la revista y la colección Actual. Ya preparaba entonces la última novela de su ciclo urbano, Los pies de barro, editada en Barcelona (España), adonde Garmendia se trasladó en 1972 como corresponsal de la editorial Monte Ávila, y adonde volvió en la década de 1980 con un cargo diplomático. Los pies de barro (1973) toma como marco una ciudad sacudida por la violencia de la guerrilla urbana y la represión y tiene como protagonista un escritor frustrado; la estructura fragmentaria traza en contrapunto el contraste entre la ciudad en pie de guerra y la indiferencia de la gente. La novela fue censurada por las autoridades españolas, pero al mismo tiempo proyectó a Garmendia como uno de los representantes del boom literario hispanoamericano.
El mismo año de su llegada a la ciudad condal, 1972, Garmendia recibió el Premio Nacional de Literatura. No abandonó entretanto el cuento y el relato breve, géneros de los que fue un maestro consumado. Paralelamente a sus novelas fue publicando un tipo de relato más lineal, centrado en la anécdota y tendente a la viñeta, como los recogidos en Doble fondo (1965), o variantes ingeniosas de temas caros a la literatura fantástica, presentes en los textos que componen Difuntos, extraños y volátiles (1970) y Los escondites (1972).
Cuando sus lectores comenzaban a aceptarlo como el maestro venezolano de la novela urbana, Garmendia dio un giro con Memorias de Altagracia (1974), iniciando un retorno al mundo de su infancia y las historias que lo poblaron. Pero en la recreación por este autor del mundo provinciano de Barquisimeto y su familia no hay la menor traza de idealización criollista, sino la entronización del cuento como núcleo de sentido del universo afectivo e imaginario del escritor. Memorias de Altagracia fue, junto con El capitán Kid (1986), la última incursión de Garmendia en la novelística, ya que posteriormente se dedicó a componer volúmenes de relatos.
La publicación, en 1976, del cuento que da nombre al libro El inquieto Anacobero y otros cuentos, uno de sus mejores textos satíricos, fue objeto de persecución judicial a causa de sus "malas palabras". En los años ochenta cumplió misiones diplomáticas en Madrid y Barcelona, y siguió recogiendo relatos en volumen: El brujo hípico (1979), El único lugar posible (1981), La casa del tiempo (1986), Cuentos cómicos (1991), el cuento infantil Galileo en su reino (1993) y La media espada de Amadís (1998). Siguió a la vez escribiendo con regularidad para el diario El Nacional, donde disponía de una columna semanal desde 1984.

OBRAS PUBLICADAS

Narrativa
-El parque (1946)
 -Los pequeños seres (1958)
-Los habitantes (1961)
-Día de ceniza (1963)
-Doble fondo (1966)
-La mala vida (1968)
-Difuntos, extraños y volátiles (1970)
-Los escondites (1972)
-Los pies de barro (1972)
-Memorias de Altagracia (1974)
-El inquieto Anacobero y otros cuentos (1976)
-El brujo hípico y otros relatos (1979)
-Enmiendas y atropellos (1979)
-El único lugar posible (1981)
-Hace mal tiempo afuera (1986)
-La casa del tiempo (1986)
-El capitán Kid (1988)
-Cuentos cómicos (1991)
-La gata y la señora (1991)
-La vida buena (1994)
-La media espada de Amadís (1998) 

Literatura Infanil
-Galileo en su reino (1994)
-El cuento más viejo del mundo (1997)
-Un pingüino en Maracaibo (1998)
-El sapo y los cocuyos (1998)
-El turpial que vivió dos veces (2000)
-Mi familia de trapo (2002)
-La viuda que se quedó tiesa (2004) 

No-Ficcion
-La novela en Venezuela (1966)
-Crónicas Sádicas (1991)
-Anotaciones en cuaderno negro (2003)
-El gran miedo, Vida(s) y escritura(s) (2004) 


PREMIOS
-Premio Nacional de Literatura (1973)
-Premio Juan Rulfo (1989)
-Dos océanos (Francia, 1992)